¿Qué fue antes, el fruto o el color?
El fruto del naranjo y su color comparten nombre en cientos de lenguas alrededor del mundo, sin embargo, ¿Te has preguntado alguna vez qué dio nombre a qué? ¿Se llamó a la fruta naranja por su color o fue al revés? Para sorpresa muchos, no fue ni lo uno ni lo otro.
Etimológicamente, la palabra naranja proviene del Sánscrito naranga (नारङ्ग ), que se traduce como fragancia o aroma. Originalmente, el término naranga no se utilizaba para denominar la fruta ni el color, sino para referirse a los naranjos, por el fresco aroma que desprenden sus flores. El sánscrito y los naranjos son ambos originarios del subcontinente indio, y tanto el término como el árbol pasaron de la cultura india a la persa y de persa al pueblo árabe. Éste introdujo los naranjos en Europa a través de la Península Ibérica en la Edad Media. Tanto el nombre del árbol como el de su fruto fue adaptado del árabe al español, y los nombres de ambos en las demás lenguas europeas provienen de esta adaptación. También el nombre de su aromática flor, el azahar, fue adaptado del concepto árabe a zahar, que significa la flor. Fue entonces, gracias al rotundo éxito de esta fruta en Europa, que la palabra naranja empezó a utilizarse también para referirse al intenso color del fruto maduro.